La camisa blanca, como el vestido básico negro (como dicen
los brasileros “o pretinho básico”) es una pieza fundamental, que no puede
faltar en el ropero de cualquier mujer.
Clásica y atemporal, es una pieza comodín que permite looks
super versátiles para diversas ocasiones.
La camisa blanca
nunca sale de moda, entra y sale de estación, cambia la temporada de moda y ella
está siempre firme e fuerte. Puede sufrir algunos cambios, adaptándose a la
moda del momento, adquiriendo encajes, volados, bordados, con cortes más
sueltos o más ajustados, etc. Puede ser de algodón, seda, gasa o lino, la
camisa blanca es fresca y naturalmente refinada.
La camisa blanca es una adaptación del vestuario masculino. Una
de las primeras mujeres a reconocer el atractivo de las mismas, fue Coco
Chanel. Fue, probablemente, la simplicidad lo que le llamó la atención, tan
diferente a lo que usaban las mujeres en esa época. Luego, todas se adaptaron a
la nueva descubierta y se volvió así una marca registrada en la nueva forma de
vestir.
Combinada con una falda tubo o un pantalón de sastrería, por
ejemplo, es un look perfecto para trabajar; con las mangas dobladas y usada con
leggins, chupin, o short jeans, crea un look más cool y relajado; combinada con
un vestido más refinado estarás lista para la noche. Todo va a depender de la
combinación, sobre posición con otras piezas y de los accesorios con que
juegues. Da para usar la misma camisa mas de una vez en la semana, sin que
parezca la misma!